domingo, 2 de agosto de 2020

De lo Efímero


Hace algunos años ya, ni siquiera nos imaginábamos que alguien podría volverse locx por perder un chat en whatsapp, aquella aplicación con la que siento que tengo una relación tóxica, de hecho, yo misma he perdido largos historiales más de una vez -nunca aprendo y no hago buenos respaldos, a la final, siento que hay cosas que deben irse-.


Ahora que recomiendan no salir de casa, ahora que tienes que hacerlo todo por internet y por tu celular, justamente ahora es cuando más tienes que usar esa aplicación y parece que tu vida depende de ella, ¡qué tiempos tan extraños en los que vivimos! Antes se sufría por otras cosas, como cuando tenías que cambiarte de casa y con ello tu dirección para los correos y tu número telefónico; pero eso no era tan grave, siempre podías avisar y dar los nuevos datos. También recuerdo que sufría por cosas más profundas, como mi auto realización y mi forma de ser. De esos tiempos rescato el reconocerme y saber mis límites, debilidades y fortalezas, porque tenía suficiente espacio y calma para pensar, reflexionar, cuestionarme y de re aprender.


En cambio, en estos últimos años eso se hace cada vez más difícil y de vez en cuando me torturo un poco leyendo historiales de conversaciones pasadas, añorando ese pasado que no volverá. ¡Ay internet! ¿cómo es posible que siendo tu tan vanguardista y futurista seas la perfecta máquina para evocar la nostalgia? Eso que no vas a poder volver a tocar, sentir, oler y escuchar. Eres un mecanismo cruel, porque nos das la posibilidad de ver, leer y escuchar infinidad de cosas, que parecen al alcance de nuestras manos, pero luego nos dejas abandonadxs, porque al apagar la pantalla no están más ahí, son efímeras imágenes, luces que descifra nuestro cerebro y nos dan la ilusoria idea de que lo sabemos y podemos hacer de todo. Por eso no creo que un tweet pueda cambiar el mundo, ni compartir una publicación, ni siquiera esas firmas de change.org, porque ¿de qué sirve estar tan unidos en una virtualidad, cuando somos tan lejanos estando unxs junto a otrxs?
Me parece tan cómico que antes pensaba en el internet como una herramienta para entretenerme, estudiar e informarme, ¡qué ternura!, ahora si se va por un par de horas siento que mi mundo va a colapsar, porque no puedo responder mensajes y enviar cosas que necesito. Unx entra en un círculo de ansiedad que seguramente un/x viejitx no entendería "¿por qué tanta prisa?", "pero si hablando lo puedes solucionar", "¿acaso no te dan tiempo para comer y dormir?". Y la respuesta a ello siempre será "es que no entiendes, ahora funciona así el mundo". Dentro de lo más profundo de mi ser, quisiera que fuera como en el tiempo de mis abuelxs y no tener que pasar pegada a una pantalla que me desgasta la vida, los ojos y la espalda, quisiera ser lo suficientemente fuerte para alejarme de esas telarañas de redes sociales y volver a ser esa mosca que volaba tranquila por ahí, porque a la final estar pegada me consume y de a poco va matando cosas de mi.


Lo que más me cuesta de las redes sociales, es lo vacías que pueden llegar a ser, al mismo tiempo que desgastantes. Puedo tener muchísimos mensajes sin leer ni responder, pero todos son de proyectos, trabajos, etc. Ya casi no hablo sobre me vida, o para entretenerme, de hecho los chats con amigxs a veces terminan abajo en la cola y cuando menos me doy cuenta ha pasado un mes sin que hablemos. Las relaciones se enfrían a veces, otras se quedan intactas, depende de la persona y de los momentos en los que has estado ahí. Pero en todo caso, hablar tanto y tanto, estar pendiente siempre de mil y un cosas y a la final no tener tiempo para ti, ni para compartir, te conduce a sentirte solx. He llegado al punto de no escribirle a nadie aunque me sienta terrible, porque no me siento bien de preocupar a alguien más o de siempre estar pidiendo ayuda. Creo que eso deviene de mi historial de dependencia con las personas y mi plan de desapegarme para no sufrir actual, sin embargo, hay personas a las que siempre quiero escribirles, siempre quiero contarles y estar en contacto, aunque no tenga casi tiempo. Lo doloroso es que, esas personas no sienten lo mismo, no responden, o lo hacen como quien se libra de algo y simplemente ni siquiera abren el mensaje -gracias a eso deshabilité la opción de ver cuando alguien lee mis mensajes en whatsapp-. Ya estaba cansada y harta de esperar las respuestas de las personas o de saber saber si siquiera se tomaron la molestia de leerme, luego entendí que no es una obligación que alguien te conteste, no es como si firmaran un contrato de exclusividad el momento que te dan su número o se agregan, de todas formas, ya me gustó esa opción así que la dejo.

Sueño con un día poder alejarme de todas esas cosas que me enferman y me entristecen, poder sentirme más libre de no llevar el celular o no tener internet, de no tener que estar revisando notificaciones, ni sufrir por no haber logrado contestar una llamada. Poder dedicarme tiempo a mi, a mi familia, mis amigos. Si algo quiero en mi futuro es poder tener una vida tranquila, claro que con trabajo y cosas a las que responder, pero sin esa presión de sentirme encerrada en redes, de sentir ansiedad cuando veo la publicación de alguien, sentirme frustrada, triste o hasta inclusive ser arrogante... el internet ha sacado muchas cosas feas de todxs...