sábado, 25 de diciembre de 2021

La puerta que dice "NO"

La lógica del "no" es que una puerta se cierra, no puedes entrar, no puedes ver ni vivir lo que hay ahí adentro. El no es ambivalente, a veces te reconforta, otras te hace sentir terriblemente miserable, como que no eres lo suficiente para recibir ese algo que tanto esperabas y anhelabas. El "no" puede venir de diferentes maneras, con mensajes sin respuesta, directamente con un "n" "o", halagándote primero y diciéndote lo buena que eres pero que lastimosamente no se puede, y así por el estilo, como el correo que nunca llega. 
Recibir tantas respuestas con un "no" en su contenido, me desanima demasiado. Imagínense que es como si te pusieran un sello rojo en la frente diciendo "defectuoso", "denegado", "🛇". Eso te hace sentir pequeña, insuficiente, frustrada. Dan ganas de no volver a intentarlo, de solo rendirse ante todo y todxs. Duele el alma, duele hasta lo más hondo que puedas sentir, como si hubiera un hueco que expone todo de ti al frío y el calor de los días, pero en extremos, así, de ese frío y ese calor que te queman y calan los huesos. Y es un dolor que sientes solo tú, que lxs demás no pueden acabar de entender, porque con ese "no" terminan con algunos de tus sueños, los borran como cuando pintas una pared llena de grafitis con un aburrido color gris o blanco, y te quedaste solo con una foto de lo que fue, a ver si tal vez puedes volver a replicarlo en otra pared. 
Y se quedan detenidas esas imágenes mentales que te hacías mientras te dejabas ser debajo de la ducha, cuando creías que podías hacer de todo, que el mundo se debía preparar para el torbellino que te acompaña, porque tú ibas con un hambre voraz de cambiarlo todo. Y ahora, ahora solo eres un perrito aturdido con los fuegos artificiales, que quiere refugiarse en un lugar seguro, en los brazos de alguien querido y llorar a gusto, hasta que el hueco se convierta en alberca y puedas nadar en él, porque los huecos siempre se tienen que llenar con algo.
Es entonces cuando extraño estar con alguien, pero más extrañar, es sentir que tengo a alguien cerca, alguien a quién le importa, alguien que respeta lo que siento y solo se queda ahí, no me dice cómo solucionar mi vida, no me da fórmulas mágicas, ni me promete las estrellas, la luna y las galaxias; solo se queda ahí, sonando como la música de fondo de una película; pero hasta para eso he recibido un "no". 
Tú dices que vendrás y ese día nunca acaba de pasar, yo ya no sé si esperarte o solo hacerme a la idea de que no vas a venir. Un día respondes, al otro no, un día eres una linda persona, al otro, me espantas. Quiero acercarme al mismo tiempo que quiero alejarme. Me rompes el corazón una vez y otra, una vez y otra. Y con eso se cierra el año de los rechazos, aunque, claro, una que otra respuesta afirmativa sí he tenido, pero eso no quita que los "no" me hayan pesado más, porque eran cosas que realmente me importaban, que realmente quería que pasaran en mi vida, cosas que venía esperando desde hace tanto... y no sé si es que fue por no esforzarme más, si es que algo en mi falló. 
De verdad que hago todo lo que puedo, pero ese intento no parece ser suficiente en un mundo tan caníbal como el nuestro, del cual solo tengo ganas de salir corriendo, bajarme del tren, salir del órbita terrestre, que ningún satélite me encuentre, que no se encuentre rastro de mi existencia, convertirme en polvo de estrella, fundida en la nada, en la eterna oscuridad del espacio, donde las cosas están condenadas a vagar por los siglos de los siglos. 
Pero no se puede salir así de fácil, hasta para salir hay que esforzarse, hasta para eso existe un "no". Y nos esforzamos por no caer en el impulso de muerte, vamos a terapia, hablamos, intentamos hacer cambios en nuestras vidas, darles un sentido, un motivo, una razón para seguir existiendo, aunque de verdad, a veces pareciera que nada tuviera un porqué. Por ahora mi tarea es hallar ese porqué, lo que me mantiene aquí, con los pies en la tierra, con imágenes y palabras en mi cabeza. Pasan siglos de siglos, y seguimos buscando respuestas a preguntas que aparecieron hace tanto... en cierto punto, si estamos vagando en la oscuridad del espacio, como el polvo estelar, solo que ni nos damos cuenta de que estamos en medio de algo tan infinito, subsistiendo en medio de la incertidumbre. Es un acto muy de fe ese de vivir sin tener plena certeza del todo.