Para mí, tu llegada fue como una luz que me sacó de un profundo pozo y tú ni siquiera te diste cuenta; o bueno, quizás sí, pero no sabías la verdad completa. En ese tiempo era de todo menos una persona completa, andaba por la vida a medias, buscando que alguien más cargue el resto de mi, porque me pesaba mucho y estaba realmente agotada. Entonces llegaste y le diste vuelta a mi mundo, que hasta entonces se limitaba a cuatro paredes y un par de ojos que me observaban por donde quiera que mirara, a donde quiera que fuera...
Fuiste como ese empujón que le das a lxs niñxs cuando están aprendiendo a montar bicicleta, para que luego puedan seguir solxs su camino. Claro que me caí, me caí muchísimas veces después; incluso ya sin tú estar ahí, pero ese empujón fue el que me ayudó a seguir viviendo, a hallarle sentido de nuevo a la vida, a pensar en mí primero, a saber que soy suficiente, a dejar de pensar una y otra vez en solo desaparecer.
Tu partida fue como quitarle las rueditas de aprendizaje a la bici y encontrarme de nuevo sola contra el mundo. Tenía pánico de lo que podía pasarme, no estaba acostumbrada a estar así, sola. Pensaba que de nuevo volverían los pensamientos más oscuros y que me volvería a caer en ese pozo tan hondo en el que me encontraste. Estuve ahí por un tiempo, pero después caí en otro hueco, del cual sigo escalando hasta ahora. Creo que nunca voy a dejar de escalar para recuperar mi bici y encontrar mi rumbo. Al menos ahora sé que puedo, y pude ver los desastres que deje en el camino. No me justifico de ninguna forma de ellos, pero entiendo el porqué de éstos.
Solía ser una persona muy posesiva, que me daba miedo que al salir cualquiera se enamoraría de ti y me olvidarías, que yo no era lo suficientemente buena, que yo era mala para ti, que yo... que yo... Venía con tantos miedos, tantas inseguridades, tan mal querer, que eso era lo único que sabía hacer. No comprendía lo que era la confianza, la sinceridad, los detalles sin interés, el no ser un objeto...
Puede que tú no lo creas, pero esa vez que llegué llorando a la clase de arqueología una parte de mí se había muerto, mejor dicho "algo" en mi ya no estaba más ahí. Y tú quisiste consolarme, apoyarme, al contrario de esa persona que estaba conmigo, que solo se burló sin importarle lo mucho que me dolía, no solo el cuerpo, sino el alma... Estaba rota en muchos diminutos pedazos y a ti no te importó querer ayudar a reunirlos.
Yo sé que pude no haber sido tu mejor experiencia para una primera novia, sin embargo, debes saber que yo te quise con todo mi corazón, o lo que quedaba de mi en ese entonces. Ese amor fue muy sincero, mis acciones fueron reacción de lo enferma que estaba mi alma, de todos los miedos e inseguridades que cargaba. Lamento mucho haberme comportado tan rara, burlándome a veces, comportándome como una persona arrogante y amargada. Por ese tiempo fui quedándome casi sin amigxs, y en parte sentía que también era tu culpa, estaba tan molesta que en un punto solo te tenía rabia.
Sabes, hay muchas maneras de terminar con alguien, pero la que escogiste fue muy desagradable, hasta mi hermano se burlaba de mí, y eso que yo nunca le conté nada, dijo que tú se lo dijiste en una fiesta. Eso de decir que no sabías si "seguir tu vocación", me pareció muy rebuscado y en cierto modo me hacía pensar que yo podía hacer algo al respecto, cosa que no era para nada así. Podías simplemente decir que no podías lidiar conmigo, que no te sentías bien y que ya no querías que fuéramos novios. Así me ahorrabas el sentirme tan mal por no entender completamente el porqué me terminaste. De paso, hubieras podido ser un poco más solidario y no dejar que tus amigos hablaran tan feo de mi... De por sí ya era feo estar sola, como para escucharlos hablar mal de mi en los pasillos y que Oscar haya seguido molestándome contigo hasta después de algunos cuantos años.
Con el tiempo dejaste de dolerme, te perdoné y resignifiqué lo que fuiste, por eso ya ni te tengo rabia. Hiciste lo que hiciste por algo y lo comprendo. Por muchos años he sentido la necesidad de contarte lo que me había pasado antes de que tu llegaras a mi vida, porque quizás así podrías entender un poco de la yo que conociste en ese tiempo. De verdad, estaba super mal... sufrí de violencia psicológica y sexual por casi cuatro años, no tenía casi amigos ni un grupo de contención, las peleas en mi casa eran tan constantes que a veces hasta teníamos que llamar a la policía, mi hermano me amenazaba, golpeaba, gritaba e insultaba... había dejado la música y eso me hacía sentir vacía... Realmente llegó a ti una de las peores versiones de mi misma. Por suerte en el fondo siempre he sido resiliente y he podido dar batalla, busqué apoyo psicológico y eso me ha permitido revisarme, perdonarme y perdonar. Así que si guardabas algún sentimiento de culpa que te hacía verme de manera triste, puedes dejar eso ya de lado; siempre sentía que cuando me veías tenías una mirada como de "lo siento" y de pena, que me hacía sentir mal, aun cuando yo ya no sentía nada por ti y quería seguir con mi vida.
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